Ya que los cigarrillos electrónicos están siendo prohibidos cada vez en más ciudades, investigadores han comenzado a analizar el efecto de vapor de segunda mano.
Un estudio reciente midió la concentración de partículas de los cigarrillos electrónicos en un grupo de ambientes controlados, y encontró que el vapor del e-líquido se evapora casi inmediatamente y que el aire regresaba a su nivel original a los pocos segundos. En otras palabras, el vapor desaparece tan rápido que la inhalación de segunda mano o inhalación pasiva sería casi imposible.
Otro estudio predijo que estar expuesto al humo de segunda mano equivale a menos del 1% del umbral del valor límite establecido para la calidad de aire en el lugar de trabajo.
La anterior evidencia es sólo una de las razones por las cuales quienes utilizan cigarrillos electrónicos se oponen a las regulaciones prohibitivas, similares a aquellas impuestas a cigarrillos comunes.
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